Soluciones técnicas constrastadas para cada aplicación

Dentro del saneamiento seco se engloban distintos procesos de tratamiento, el objetivo de los cuales es facilitar que los excrementos se puedan gestionar de una forma segura para la salud y respetando el medioambiente. Los modelos de baños secos más comunes se basan en el compostaje o la deshidratación de los excrementos, pero existen otros posibles procesos como la incineración o incluso la congelación. El proceso más indicado variará en función del lugar de instalación y el perfil del usuario. 

La capacidad del baño seco se debe elegir en función del número de usuarios y el espacio disponible. En los modelos compactos, los excrementos se almacenan dentro del inodoro. Su instalación suele ser sencilla, pero en algunos casos el proceso de saneamiento se debe completar externamente, por ejemplo en un compostador. Los sistemas de alta capacidad requieren más espacio, pero tienen la ventaja de que el proceso de saneamiento se puede realizar en la misma instalación hasta obtener una materia inocua.

Dependiendo del sistema seleccionado, los excrementos se pueden acumular en un único depósito o la orina puede ser separada en origen para facilitar su almacenamiento y posterior uso como fertilizante.

Los baños secos se pueden instalar en prácticamente cualquier sitio, tanto en el exterior como en el interior de los edificios. Existen modelos que se adaptan fácilmente a espacios existentes y pueden implementarse en proyectos de rehabilitación. Algunos modelos, especialmente los de alta capacidad, requieren de una sala técnica adjunta, por lo que son más indicados para proyectos de obra nueva, o cuando se dispone de espacio suficiente para la instalación del sistema completo.